Los que quieren leer lo que se me ocurre escribir

miércoles, 8 de febrero de 2012

ME ABURROOOOOOO !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Jope!!!!!!!!!!!!! No, no me digais nada, que llevo una mala leche en el cuerpo que ni yo me aguanto. La pobre abuela ya se ha cascao una cartulina entera de paracetamol y eso tan sólo desde anteayer
Es que no hay derecho honbre! ¿A ver cuántas veces la vida le ofrece a una la oportunidad de poder comprar ropa, como si el dinero fuera lo de menos? Nunca ¿no?, Pues eso. Para una vez que me pasa, que ahora por culpa de un suelo resbaladizo (que gracias a  que mi padre medió en el asunto que, si por mí fuera, los denunciaba) y una vaca burra que se te caiga encima., me vea  condenada a 21 días (no 10 ni 30) no 21, de reposo absoluto, con el pie en alto, el hueso sacro medio convertido en harina,   cansado y asqueado de permanecer entre 12 y 18 horas en la misma postura, depende de la programación de la tele, que ya lo sé, es mala, pero es lo que hay. y sin poder lucir nada de lo que he comprado. Además si encima le sumo que tenía 14 días más de vacaciones ya es que me subo por las paredes.
No sabía como decirle al Hombrecito (mi Jefe Mandamás) que me había lesionado y que en vez de los 15 que tan generosamente o, de puro miedo, no lo tengo muy claro, me freció, tenía que sumarle mínimo otros 7 días, y, eso sin contar que igual después tenía que ir a rehabilitación, con lo que perdería horas de trabajo.Jujujuju!!!! conseguñí convencer a mi madre para que fuera ella la que hablara con él y se lo explicara. Eso sí tuve que fingir un buen rato más que no estaba en mis cabales.Dice  que lo entendió perfectamente y que no me preocupara por nada, que, dada la inopotuna circunstancia, aprovecharían para pintar de nuevo y modernizar el despacho de la Secretaría, (la verdad es que falta le hacía), pero hasta eso me mosqueó. A ver!! si iba a ser yo la que se pasara allí dentro, ni se sabe las horas, porque no se me pedía consejo sobre el color de las paredes, diseño de los muebles, decoración, en fin, todo eso. Mi madre, gran mujer, argumentó, con razón, que como yo no podía desplazarme hasta allí, pues era lo más normal, pero yo estaba preparada para la ofensiva con otra buena pregunta ¿No hay silla de ruedas o qué?. Ni se dignó contestarme, se fue.
Bueno pues aquí estamos, mi circunstancia y una servidora. ¡Ah sí! Ya sabía yo que quería deciros algo, es que tengo tantas cosas en la cabeza que se me van, se me van...
El otro día no pude explicaros cómo acabó el asunto en el hospital ni el de mi regreso a casa, porque me habían atiborrado de calmantes, no por el dolor que sentía, sino para que parara de lanzar alaridos, y me dormí.
Por lo que me han contado (ya sabeis que la familia siempre exagera), no paré de llorar ni chillar y patalear, con el otro pie durante todo el trayecto en la ambulancia. Al parecer, siempre según versión materna, lloraba suplicando que no me amputaran la pierna. Estaba convencida  de que el peso de la gorda aquélla (a quien por cierto también quería denunciar, pero mi padre me lo quitó de la cabeza, alegando que lo de ella había sido peor, se había roto la cadera)¡ ya ves tú!, le ponen una prótesis y listo, lo malo era lo mío. Como os decía creía que me había deshecho, con su peso, los huesos de toda la pierna, a aquéllas alturas el dolor me llegaba hasta la ingle. Al parecer el trayecto hasta el Hospital fue algo tormentoso. Detrás iba yo, atada a la camilla, con doble cuerda de seguridad,  ignoro el por qué, un señor de chaleco rojo, y un ingente montón de bolsas, que me arrancaban unos lagrimones como candelabros cada vez que se caía alguna y se desperdigaba su contenido. Delante iban el chófer y mi madre, que, según dice ella también lloraba poniendo la sirena a todo meter, histérico, por mis alaridos (¿¿¿¿????) y jurando hasta en arameo.
De mi estancia en el hospital no recuerdo nada. Algo parece querer venirme al recuerdo de cuando llegué a casa, que, si no estoy confundida, hasta escribí y todo, pero sí lo hice, no hagais mucho caso,porque no estaba en mí.yo normal.
Aquélla noche dormí de un tirón, entre el agotamiento de las compras, y el descalabro final, cosas que me inyectaron, (al decir de mi madre), tuvo que avisarles por que le entró miedo de que me convirtiera en adicta a vete tú a saber qué!
Así que aquí estoy, sola y pensando  en mi mala suerte, porque para una vez que voy en ambulancia no lo pude disfrutar. Siempre me ha hecho  mucha ilusión ir en un coche, policía, bomberos (!!!!) ambulancia con la sirena a toda leche intentando pensar cómo puedo seducir a la abuela para que no se mueva de mi lad y me acerque el vaso del agua, el pañuelo... en fin que estoy ABURRIDA, ABURRIDA Y MAS QUE ABURRIDA.


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