Los que quieren leer lo que se me ocurre escribir

miércoles, 16 de noviembre de 2011

TESSMA (con dos eses)

No me da la gana, lo he dicho tres veces y ya está. No va y me dice la "secre" del Mandamás, "Tessma", (con dos eses), que tengo que llevar zapatos de tacón alto!!!! Claro cómo ella usa zancos, pues no se entera de que  a la mayoría de las mortales y sufridas mujeres, un día entero con talones de 14 cm. nos deja para entrar en la U.C.I.
Tessma (con dos eses), no mueve el culo de la silla ni para entrar en el despacho del Jefe. Como tiene ruedas, se desliza por el parké, agarrándose a todo, y listos. Porque claro, ella puede estar sentada delante del Jefe. ¿No lo sabíais?, Pues sí, faltaría más, lleva con él... ¡pufff! ni se sabe cuánto, conoce a sus fulanas, si hasta queda con ellas por él., conoce a su mujer, le compra los regalos, a sus hijos. No os digo más que a la comunión del último fue ella en lugar de él.
Pero nosotras, las currantes de verdad no podemos, hombre, no podemos. Además siempre vamos corriendo de un lugar a otro como si nos persiguiera alguien, de hecho es así. Mira ya suena mi teléfono, es que hoy estoy de turnoEs que entre los compañeros hemos establecido turnos y cada día le toca a uno diferente aguantar, oir y llevar a cabo todas las tonterías que se le pueden ocurrir a Tessma (con dos eses) en un día, que no os imaginais cuantas pueden llegar a ser.
Descuelgo y empieza el ajetreo mañanero: "Oye, ¡ay nunca me acuerdo de tu nombre! tú, quién seas, tráeme un café". Te levantas y se lo llevas, alzando una ceja te pregunta "¿Y la pasta". Te muerdes la lengua para no soltarle que es una vacaburra y que empiece el regimen de verdad de una puta vez. Vas a buscar la pasta y se la llevas.
Prudentemente no le has  preguntado cuál quería , porque seguro que era de las que  ya no quedan.  Vuelvescon la lengua fuera, pero ella ya está preparada,  y te dispara: "Nenita (arfgggs) me has traido azúcar, yo tomo secarina, por el regimes, ya sabes".
Sé, Sé que el día menos pensado me va a coger atravesada y ocurrirá una desgracia. Vas y vuelves con el sobre, se lo das.
 Te mira. La miras. Mal, pero la miras. El desafío está en el aire. Baja los ojos, calla y empieza a morder la pasta de "regimen". Una caña de chocolate.
Justo cuando crees que ya está arreglada la seóra y estás en la puerta para ir a trabajar de verdad y no seguir haciendo chorradas, Tessma (con dos eses) suelta  ¡Ay, un momento!, Ven aquí por fis, ¿por fis?, es que me acabo de pintar las uñas (¿¿¿¿????)  y tengo que abrir el cajón de mi mesa, y jajajaja... no quiero estropear el esmalte ¿lo entiendes no?, son cosas de mujeres. De mujeres locas y con suerte como ella, a mi me enganchan pintándome las uñas en horas de trabajo y como poco me hacen reproducir el Guernika a carboncillo.
Llegado este momento las serpientes ya se están enroscando en tu estómago a punto de salir por la boca, pero aún eres dueña de ti misma, y con asco, porque a saber que tendrá allá dentro, le abres el cajón. Tessma (con dos eses) a lo suyo, Ya que estás dame el móbil bonita! ¿Bonita?. Lo dejas pasar y se lo das, pero como la experiencia es un grado esperas un poco a ver si quiere algo más, que seguro que sí, siempre quiere más.
Va y lo dice: "Aprétame el cinco que es el de mi amiga Alba, la mujer del Finaciero de la..."(tu mientras aprietas vas pensando y a mí que coño me importa). Se lo das. Sigues de pie, cual chopo plantado. Ella empieza a hablas, se interrumpe, pidiéndole permiso a su amigo, tú te apresuras a cerrar la boca para que no se de cuenta de tu asombro y es cuando suelta la guinda del pastel: "¿Qué? ¿Hoy no piensas trabajar? ¿Prefieres quedarte aquí para después cotillear?, anda, anda vete ya, que me tienes....
Cuando ya estás a un palmo de la mesa, aparece la mano salvadora del compañero que le toca el turno de vigilancia del desayuno (cada día vamos uno diferente, por el estres y eso) te engancha y empleando toda cuánta fuerza tiene, te saca de allí, casi que a golpes.e intentando, no ya entender, sino tranquilizarte en tus lloriqueantes balbuceos te lleva a tu puesto de trabajo, con tu mini mesita, tu sillita tu pantallita del ordenador, tu ratoncito y un teclado enorme, de esos raros que hacen como una onda. Se ve que engancharon una oferta y los compraron para todos, menos para el Jefazo y la Tessma (con dos eses). A tu alrededor todo son sonrisas de ánimo, decir ni mú.  No pueden. Creemos firmemente de que si hablamos entre nosotros nos cortará la lengua.
Pero mira, te sientes omprendida y eso, chico, pues eso, como que se agradece, y entonces sí, entonces es cuando contestas para tus adentros: . Los tacones los va a llevar su ......
Te quedas a gusto con lo pensado y empiezas tu jornada laboral, hasta que vuelvas a ser interrumpida por alguna otra memez de la dichosa Tessma (con dos eses), porque hoy es tu turno.

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